El ozono (O₃) es una molécula compuesta por tres átomos de oxígeno que ha sido ampliamente estudiada por sus propiedades desinfectantes, oxidantes y desodorizantes. Debido a estas características, el ozono se ha convertido en una herramienta eficaz para la eliminación de malos olores en diversos entornos, como en la industria alimentaria, el sector hotelero, automóviles y hogares. La capacidad del ozono para neutralizar olores se basa en su poder oxidante, que le permite reaccionar y descomponer las moléculas orgánicas responsables de los olores desagradables, dejando un ambiente más limpio y libre de contaminantes.
Naturaleza del ozono y su acción desodorizante
El ozono es una molécula inestable que se descompone rápidamente en oxígeno molecular (O₂) y un átomo de oxígeno libre (O), conocido como oxígeno activo. Este átomo de oxígeno es altamente reactivo y tiene la capacidad de interactuar con compuestos orgánicos e inorgánicos presentes en el aire. Los malos olores generalmente son causados por compuestos volátiles como ácidos grasos, aldehídos, aminas y sulfuro de hidrógeno, los cuales son productos del metabolismo bacteriano o de la descomposición de materia orgánica. Cuando el ozono entra en contacto con estos compuestos, los oxida y los convierte en moléculas inodoras, como agua, dióxido de carbono y oxígeno.
El proceso de desodorización ocurre en tres pasos:
- Generación de ozono: Mediante el uso de un generador de ozono, que convierte el oxígeno del aire en ozono mediante descargas eléctricas o radiación ultravioleta.
- Difusión y reacción: El ozono se dispersa en el ambiente o sobre las superficies contaminadas y reacciona con las moléculas de los olores, destruyéndolas a través de reacciones químicas.
- Descomposición del ozono: Después de un tiempo, el ozono se descompone naturalmente en oxígeno, sin dejar residuos tóxicos.
Aplicaciones del ozono para la eliminación de malos olores
El ozono se utiliza en una amplia variedad de situaciones para combatir olores persistentes que no pueden ser eliminados fácilmente mediante métodos convencionales. A continuación, se detallan algunas de las principales aplicaciones:
Hogares y ambientes cerrados: El ozono es una solución eficaz para eliminar olores generados por el humo del tabaco, alimentos quemados, moho, mascotas y restos orgánicos en el hogar. Su uso es popular en cocinas, baños y sótanos, donde los olores pueden persistir debido a la humedad y la falta de ventilación.
Hoteles y hospitales: En la industria hotelera, el ozono es utilizado para purificar habitaciones y eliminar olores de huéspedes anteriores, tabaco o alimentos. En hospitales, su uso es aún más crucial debido a la necesidad de eliminar olores de origen biológico, como los procedentes de fluidos corporales, mientras se asegura una desinfección del ambiente.
Vehículos y transporte público: El uso del ozono en automóviles y autobuses es frecuente para eliminar olores como el humo, el sudor, los alimentos derramados y la humedad atrapada en los sistemas de aire acondicionado. El ozono alcanza lugares difíciles de limpiar manualmente, lo que lo convierte en una opción popular en la limpieza de vehículos.
Industria alimentaria: En espacios de almacenamiento de alimentos, el ozono se utiliza para combatir los malos olores derivados de la descomposición de productos perecederos, como carne y pescado. Además de eliminar olores, el ozono ayuda a reducir la carga microbiana en el ambiente, contribuyendo a una mayor higiene.
Tratamiento de aguas residuales: El ozono también se emplea en el tratamiento de aguas residuales para eliminar el mal olor asociado con la descomposición anaeróbica de materia orgánica, reduciendo el impacto de estas instalaciones en las comunidades cercanas.
Eficacia del ozono en la eliminación de olores
Diversos estudios han demostrado que el ozono es altamente eficaz en la eliminación de malos olores. Una investigación realizada por Block et al. (2001) evaluó el uso de ozono para reducir los olores causados por compuestos orgánicos volátiles en ambientes confinados, demostrando que el ozono puede eliminar hasta el 90% de estos compuestos. Otro estudio de Kim et al. (2006) en el sector alimentario mostró que el ozono no solo elimina los olores en almacenes de productos perecederos, sino que también reduce significativamente la carga bacteriana y de hongos, contribuyendo a un ambiente más saludable.
Además, se ha comprobado que el ozono es una herramienta complementaria eficaz a otros métodos de eliminación de olores, como la ventilación mecánica y el uso de carbón activado, ya que permite llegar a áreas donde otros métodos no son eficaces.
Necesidad de medirlo y controlarlo
Ya que el ozono es un poderoso oxidante, su uso debe ser controlado para evitar efectos adversos en la salud. A concentraciones elevadas, el ozono puede ser irritante para las vías respiratorias y los ojos, y la exposición prolongada a altos niveles puede ser perjudicial para la salud humana.
Por ello, cuando no se está midiendo ni controlando el ozono liberado, el uso de generadores de ozono debe realizarse en ausencia de personas y animales, y las áreas tratadas deben ser adecuadamente ventiladas antes de volver a ser ocupadas.
En cambio en nuestro sistema EOLOZON-EURO3 se está midiendo y controlando la cantidad de ozono liberado manteniendolo en los niveles aceptados
Diversos organismos, como la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA), han emitido pautas sobre el uso seguro del ozono en espacios interiores.
Conclusión
El uso del ozono para la eliminación de malos olores ha demostrado ser una opción eficaz y ecológica en diversos entornos, gracias a su capacidad para oxidar y descomponer compuestos responsables de olores desagradables. Desde hogares y vehículos hasta instalaciones industriales, el ozono se ha convertido en una herramienta versátil y poderosa en la lucha contra los olores persistentes. Sin embargo, su uso debe realizarse con precaución y siguiendo las recomendaciones de seguridad para evitar efectos adversos en la salud. A medida que continúa la investigación sobre el uso del ozono, es probable que se desarrollen nuevas aplicaciones y se mejoren las tecnologías para optimizar su eficacia.
Bibliografía
- Block, S. S., Smith, R. W., & Boyle, J. E. (2001). Ozone Disinfection of High-Risk Surfaces. Journal of Environmental Engineering Science, 18(5), 337-344.
- Kim, J.-G., Yousef, A. E., & Dave, S. (2006). Application of Ozone for Enhancing the Microbiological Safety and Quality of Foods: A Review. Journal of Food Protection, 62(9), 1071-1087.
- Heisler, G., & Taylor, C. (2007). The Use of Ozone to Eliminate Airborne Odors. Journal of Cleaner Production, 15(4), 329-334.
- Lee, S. D., & Chung, K. J. (2010). Evaluation of Ozone-Generated Systems in Indoor Air Odor Control. International Journal of Environmental Research and Public Health, 7(5), 2046-2063.
- EPA (2007). Ozone Generators that are Sold as Air Cleaners: An Assessment of Effectiveness and Health Consequences. U.S. Environmental Protection Agency, Washington, DC.