
El ozono como desinfectante es mucho más eficaz que el cloro actúa de 600 a 3,000 veces más rápido. Al ser un agente oxidante, el ozono inhibe la reproducción de microbios, siendo un germicida extremadamente efectivo contra bacterias y virus, ya que destruye las partículas del virus a través de mecanismos de oxidación.
Anteriormente no se creía que una baja concentración de ozono fuera eficaz para realizar saneamiento. Gracias a un estudio japonés, la baja concentración de ozono es capaz de matar bacterias, virus y mohos, si se le da suficiente exposición.
El coronavirus SARS-CoV-2, que es responsable de COVID-19, es un virus envuelto y susceptible a la destrucción por desinfectantes, incluyendo ozono, oxidando con gran facilidad la envoltura viral, ya que modifica su estructura, destruyéndola o bien dejándola inactiva. En otros tipos o familias de virus la destrucción se realiza por el daño causado del ozono a los ácidos nucleicos y a las proteínas de la cápside.
Por Adriana Alvarado